27/04/2012

La honradez de doña Miriam


Hoy fui a visitar a mi amigo Andrés Santos (el Buzo), quien sufre quebrantos de salud. Estaba recluído en la clínica Integral I, en el Ensanche Ozama, Santo Domingo Este. 

Allá conversaba un poco con él y su esposa, la enfermera entra y sale, entra y sale, trae pastillas y le cambia el suero. Momentos antes de marcharme, pues debía trabajar en el turno de la tarde, entra una sra de limpieza, decentemente saluda y empieza a limpiar toda la habitación. Escoba y recogedor en mano barre aquí y barre allá. Al pasar por el baño (el cual tiene la luz apagada), la sra enciende la luz y sigue barriendo. Casi instantáneamente ella le habla a la esposa de mi amigo Andrés y dice: sra, esto debe ser suyo. Un billete de $1,000. Puede parecer poca cosa, pero quien se roba mil, se roba un millón... y quien devuelve mil, devuelve un millón.

Todos nos miramos por un momento, como pensando: "¿Dinero?"... "¿En el suelo?"...  "¿Y lo devuelve?". Sabiendo que no son míos, me adelanto y le doy las gracias. Ya  que si si ella hubiese querido, entra al baño y tomaba el dinero, ninguno en la habitación se hubiera dado cuenta. La esposa del Buzo los toma y comprobando que eso mismo faltaba en sus bolsillo, agradece el gesto de honradez. Luego le pregunto su nombre y empiezo discretamente a tomarle una foto para blogear esto. Ella me ve y se echa a reír: pero mírenlo, ¿y es una foto?.. Le digo que si, y ella acepta que le tome una fotografía.

Es increíble que alguien con un empleo que apenas sustenta para sobrevivir es mas honrada que el 99% de los políticos y funcionarios de cualquier partido de mi país.  Cosas como esta, gestos como este me hacen sentir orgulloso porque aún quedan personas honestas. Así es que se hace patria, así salvamos nuestra sociedad, así dejamos un futuro a nuestra juventud.  Esta honradez de Doña Miriam deben ser un ejemplo para todos nosotros, pues quedan pocas personas como ella.

Muchos ejemplos de honradez como este ocurren a diario, pero nadie los valora y pocos lo agradecen.  Espero que Doña Miriam siga siendo ejemplo para nosotros, pues ya lo fue para mi, ojalá lo sea para quien lea esto. Cuanto me gustaría que esta publicación se dispersara por muchos medios y llegara a los administradores de esa clínica y se den cuenta de la joya de empleada que tienen.

11/04/2012

Además de tí

Además de tí, nadie me complementa,
ni hace mi vida perfecta.
Además de tí, nadie eriza mi piel,
ni me besa con labios de miel.

No hay voz tan dulce como la tuya.
Ni otro amor que en mi ser fluya.

Además de tí, nadie es tan especial, 
para ser mi pareja ideal.
Además de tí, nadie aguanta mis defectos,
ni cree que soy perfecto.

No hay sentimiento tan profundo.
Ni otra mujer que ame en el mundo.

Además de tí, nadie está feliz a mi lado,
ni dice que soy lo mejor que le ha pasado.
Además de tí, nadie ríe con mis chistes.
Nadie más en mi mundo existe.

03/04/2012

La rebeldía de tus hormonas

Estás sensible,
estás dispuesta. 
Tu piel, la clave,
mi lengua, tu respuesta.

Dos batallas,
mental y hormonal.
 Suerte que hablo
tu lenguaje corporal.

La rebeldía de tus hormonas
apenas la controlas.
Te delata cuando sudas.
  ¿Acaso lo dudas?

No dice tu mente,
sí grita tu cuerpo.
Déjame saborearte,
te juro que no muerdo.

Solamente
haré justo lo que pidas.
 Déjate llevar,
que tu cuerpo decida.

Quieres algo conmigo,
ero me rechazas.
Me desnudas con tus ojos,
pero me abrazas.

¿Por qué te niegas?
Si a cada instante te acomodas. 
Cantaré victoria
cuando ganen tus hormonas.

Antivirus de amor

Necesito protección para estar contigo. 
No hablo de condones ni anticonceptivos.
De un ataque fulminante, cuidaré mi corazón. 
Con tenerte delante, pierdo la razón.

El verte me exalta, mi azúcar termina alta. 
Me falta el aire, y mis pupilas se dilatan.
Me dan unos temblores, serán de fiebre o emoción. 
Me haces desvariar, es demasiado para mi corazón.

Me molesta la luz, me asusta la oscuridad. 
Debo vacunarme y evitar la enfermedad.
Se me duermen las piernas, la piel me pica. 
Tú eres la causante y no me mortifica.

Las cosas se me olvidan, hasta me pongo gago. 
Mira todo lo que me da, cuando estás a mi lado.
Mi garganta se reseca, no se me quita un dolor. 
Necesito un antivirus, antivirus de amor.

01/04/2012

Concierto Enrique Bunbury en Santo Domingo

Anoche fue increíble, única, mágica. Fue la liberación de mis cadenas espirituales, de mis errores, de mis debilidades. Anoche me desprendí de mis ataduras, de mis demonios, de mi amor prohibido e imposible. Ya no afilo el cuchillo para mi garganta. Anoche fue el momento de curar mi corazón, de hacerle CTRL+ALT+DEL a mis recuerdos, a mis sentimientos, mi desamor y luego a mi estado civil. Ha llegado la hora de olvidar a esa mujer, la que fue el amor de mi vida. Anoche fue un renacer, difícil hubiese sido sin ir al concierto de Enrique Bunbury.
De las personas que me conocen, incluso de mi familia, de las más cercanas, pocas entienden lo que significa la música en mi vida. Eso no me preocupa, pues yo navego en mi locura. Me entrego totalmente a la marea de las melodías, de paz, de melancolía. Heavy metal, hard rock, rock, lo que sea de mi gusto que me libere. ¿Acaso hay algo mejor que ser libre? ¿Y qué mejor para llevarme al éxtasis, que las canciones de Enrique Bunbury?
Gracias a Jaime, mi antiguo jefe, he logrado estar de cabeza en el montaje de este concierto. Además de algunas entradas VIP, (que costaban $ 2,500 c/u) me asignaron mi brazalete, ID y unas cosas más. ¡Era un sueño hecho realidad! Mi artista favorito desde principios de los 90 estaba aquí... y yo ahora lo podía ver. No desde muy cerca, pero ¿qué importaba? ¡Tenía la mejor vista de todas!

¡Jaime, mil gracias!  
Tuve la oportunidad de ver el primer ensayo de la banda sin Enrique. Más tarde lo vi llegar a la tarima, caminaba de aquí para allá, miraba todo con detalle. Unos minutos después se acercó lentamente  al micrófono e hizo una señal (listos) y arrancaron a  tocar "Los habitantes". Rápidamente el manager ordenó a  los de seguridad a evitar que los demás empleados tomaran fotos o grabaran con celulares, pero tuve la oportunidad de tomarle la primera foto de su ensayo, también lo grabé en video... jeje.
Todo estaba en su lugar, todo estaba listo. Así de rápido como vino,  así se fue, y con el los músicos. Rato después  abrieron las puertas para  el público... Se veía la emoción de muchos, la desesperación de otros por ponerse "alante" desde temprano. Yo  tenía  mi vista garantizada. No necesitaba estar cerca, ni de aguantar empujones  ni hombres  sudados.
Luego de las 9:45 p. m., arranca el concierto, mis emociones borbotaban como la magma del sol. Si alguien me hubiese grabado en video, pensaría que yo tenía orgasmos múltiples. ¡Jaja! No sé ni como describir lo que sentí durante toda esa avalancha del cantinero. Entre canción y canción veía mi vida pasar frente a mis ojos. Lágrimas no me faltaron, y sí, yo sé llorar como todo un hombre. Vi mis errores y mis logros, vi mi propia felicidad y mis amores perdidos. Esa noche lloré, lloré lo suficiente, no lo niego. Pero, me liberé. Repito; ¿Acaso hay algo mejor que ser libre? Dejé atrás unos años que ahora son parte de mi pasado. Sencillamente fue la mejor experiencia de mi vida. La música es todo en mi vida, mi vida es toda mi música, una sin la otra no tienen sentido.
Aquí estoy con Javier, el maestro de ese majestuoso sonido. El tremendo sonidista que acompaña a Bunbury en sus giras. He visto espectáculos bien de cerca, ¿pero éste? De principio a fin fue una pieza de arte. Ahora, a renovar mi visa para verlo en otro país antes que pasen 8 años más. Porque como él dijo: Voten por quien voten, las cosas no cambiarán...
Hoy me ha tocado cambiar a mí, después de mucho tiempo me he encontrado conmigo mismo, he aceptado mis errores y descubierto mucho del potencial que llevo dentro. Hoy me he perdonado a mí mismo, he dejado atrás un lastre que no merecía cargar.  Siento una paz interior que nunca en mi vida había sentido. ¡Ese es el poder de la música! Por eso es el lenguaje universal por excelencia, no hay barreras, no hay idiomas, no hay edades. Espero que mi hija también aprenda a valorar esta música. La llevo en la sangre, la llevo en la cabeza... ¡Me siento totalmente liberado de mis cadenas!

Podría jurar que en este concierto vi un túnel de luz, sentía totalmente erizado cada centímetro de mi piel, sentí una lluvia que solo caía sobre mí. Una experiencia única en mi vida. (Algo así como dicen los "cristianos" cuando son "tocados por dios". Muchos se pueden reír, pensar que estoy loco. Lamento decirles que hasta en la mejor felicidad hay un trago de locura. Mientras otros sufren callados, yo dejo fluir mis emociones y me doy la oportunidad de vivir como un ser humano completo. Me siento sanado.

Mucho antes del concierto, ya tenía a Enrique Bunbury en mi cabeza. ¿Se nota?