19/12/2015

No hay fecha ni hora

Los deseos no pueden programarse
ni los sentimientos ordenarse.
Una cosa dice la cabeza y otra el corazón.
Difícil saber cuál tiene la razón. 

La magia está en las personas
y no en un día color rojo.
Tan solo pensarte me emociona.
Estás en mis deseos y en mis antojos.

Esperar para demostrar afecto,
solo en algún día especial.
Es como navegar siempre recto
en las curvas de tu cuerpo celestial.

El hambre y el sexo no tienen hora,
ni el deseo por tí que me devora.
No hay fecha en el calendario,
que me haga no desearte a diario.

Una agenda no pauta mis emociones,
pues cuando te pienso mi deseo aflora.
Espero que te guste y que me perdones,
pues para desearte no hay fecha ni hora.


11/12/2015

No sé para qué

No sé para qué te leo,
si a donde voy nunca te veo.
No sé para qué te escribo,
si lejos de tí siempre vivo.

No sé para qué te escucho,
si no me quieres y yo te quiero mucho.
No sé para qué te hablo,
si me huyes como a la cruz, el diablo.

No sé para qué te siento,
si acaso crees que te miento.
No sé para qué te sueño,
si tus noches ya tienen dueño.

No sé para qué te escribo aquí,
si ni te importa que muero por tí.
Mi felicidad no es excusa,
pues no te interesa ser mi musa.

01/12/2015

Como un niño

Esta fuerza invisible
no es solo para mayores.
Eso que llaman amor,
eso que llaman amores.

Sin tu atención
ni tu cariño,
mi corazón se encoge,
como el de un niño.

Es difícil
ocultar lo que se siente,
porque el corazón enamorado
nunca miente.

Cada vez
que a su lado te veo,
me siento triste,
como un niño sin recreo.

Ese amor
del que hablan los adultos,
lo siento yo por tí,
pero no estamos juntos.

Le temo tanto
a la distancia que me das,
como un niño le teme
a la oscuridad.

Me duelen sus fotos,
los veo sonrientes.
No sé si eres feliz
o le muestras los dientes.

Te veo con él
y la tristeza me arropa,
como a un niño
si en Navidad le regalan ropa.

Necesito tu calor
y tu presencia.
Solo tu voz calma
mi sufrida inocencia.

Siento dolor.
El vacío de un día en ayunas,
como un niño llora
después de una vacuna.

Aprendí
que se puede amar a distancia
y también
sufrir desde la infancia.

Este dolor
no lo calma un helado,
como un niño
cuando se sabe engañado.

Amarte no se compara
con el amor de un niño,
pero el mío es sincero,
quiero más que tu cariño.

Mi vida sin tu amor
es un desorden, un destartalo,
como un niño que prefiere la caja
que envolvía su regalo.