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30/01/2020

¡Manzanillo! 24 años después

Tras ausentarme 24 años, volví al pueblo que conoció mis escapes, amores y aventuras durante mi juventud. A diferencia de esos años, no volví por nada de eso. Volví para recuperar recuerdos de mi hermana, de mi familia lejana. Y ahora creo que la vida tiene algo para mí. Si leen mi publicación 22 años después, tendrían idea de la lluvia de emociones que he recibido en estos días. En ese fin de semana me dediqué tanto a vivir momentos y recuerdos, que no hice muchas fotos. Y eso tiene una simple explicación; volveré, volveré y volveré.

Luego de conectar de nuevo en 2018 con la madre de mi hermana fallecida, Lissette, mi otra hermana y hermano, en enero me dicen que vienen de EE.UU. a ver al don, al abuelo Lissette y que quieren que yo vaya al pueblo. Que tengo mi habitación y mi cama. Pues, eso hice. Tomé mi Caribe Tours del mediodía y como podrán imaginar, llegué de noche.

Ya en la parada, bajo con mi trasero tieso, mirando a todos lados tratando de reconocer algo del pasado. En pocos segundos me ubiqué, crucé una calle y ahí estaba, frente al mismo lugar en el que años atrás, durante muchos fines de semana, fui acogido como uno más de la familia. ¡Estaba de nuevo en casa!
Me recibieron con el mismo cariño que recuerdo. Y claro, con una buena cena. La casa estaba ampliada, pero mantiene su forma tradicional. Todo limpio, todo en orden, como en el principio. Luego de ponerme cómodo salí a visitar a una gran amiga, mi antigua asesora "faldística". El cariño se ha mantenido.

Un rato después, mi hermano me invita a ver un juego (de pelota), aunque no soy dado a eso, acepté. Me dice, te espero en casa de Fulano. Le dije; manito, yo no me acuerdo de nadie. Y dice: ok, esta calle derecho y dobla a la derecha, cruza una esquina y sigue derecho hasta que nos veas. Si llegas a la playa, te pasaste... Pues, al rato así hice. Caminaba tranquilo, en un pueblo donde no me acordaba de nadie. Casi inmediatamente llegué, era un grupo de jóvenes sentados en la calle viendo el juego en un televisor. No faltaba un trago, cosa que me dieron al instante. Apenas caminé un poco, noté que la gente seguía acostándose temprano. El pueblo no ha cambiado, ¡Ha mejorado! Puedo caminar de noche con un celular y no me atracan.

Al día siguiente salgo a dar una vuelta, noté varias cosas: todas las calles están asfaltadas (como antes), no hay basura (ni zafacones o contenedores), hay luz 24 horas y el internet (de Altice) tiene una tremenda velocidad (medí unos 60 mb/s). Lo que más me sorprendió es que no hay jóvenes bullosos, ni música urbana, ni motoristas echando carreras. Los autos y motores ponían sus luces direccionales aunque no hubiese otros autos en al calle. ¡Increíble! Todo un ambiente relajado.
 
Dando esa vuelta veo gente que me mira, uno a uno con cara de "yo como que te conozco". Pues, ese día fue para eso, para que quien me veía decía: ¿Tú no eres el hermano de Lissette? ¡Vaya! Empezaron a recordarme a un punto que no salí de mi asombro. Pasaron 24 años y todos, absolutamente todos me trataron con una calidez que no existe en la capital. ¡Quedé encantado con el trato que (de nuevo) me dieron! Parece que dejé buenos recuerdos en esas personas.

A medida que me encontraba gente que me recordaba, tuve que hacer varias visitas obligadas: a tomar café. ¡Wao! Esta gente no pierde su encanto, son sencillas y agradables con los visitantes. Como siempre lo han sido. Y repito; esta no será mi última visita. Presiento que si volví, para algo será.

El pueblo no se ha expandido mucho, no hay muchas personas. El ambiente, el aire, el lugar es exquisito. Lo repetiré: todas las calles limpias, iluminadas, no se va la luz, poco tránsito. Son pocas casas que tienen rejas en sus ventanas. ¡No hay ladrones! Hay un solo policía en el destacamento del pueblo. Se siente la tranquilidad que me gusta, que quiero, que necesito.

Visité por primera vez la tumba de mi hermana Lissette. Me sentí extrañamente bien, casi alegre. Como si le hubiese pagado la deuda de visitarla. No lloré, tuve algunas sonrisas a medias. Puedo explicar eso, pero no la mezcla de sentimientos al ver su foto cuando su madre colocó a su lado el souvenir (de angelito en una cruz) de su novenario. El mismo que conservé por 27 años. Lo llevé, ahora está junto a su foto. Del mismo modo, conservé una trenza de su pelo durante 25 años, y se lo entregué a su madre en mi visita a Santiago en el 2018. Esos recuerdos están donde deben de estar.


Este viaje ha significado mucho para mí, el pueblo, su gente, mi gente, mi casa. Todo me decía que tengo un lugar en un pueblo que me acogió, en una familia que me hizo suyo. Mi hermana no está, los demás pronto estarán en EE.UU., pero seguiré recuperando bellos recuerdos para vivirlos.

Faltan cosas por mencionar, pero no escribiré más del viaje, resumiré lo evidente: mi corazón se quedó allá.

09/08/2013

Con el Gato Volador


Aquí tengo el gran placer de compartir un momento con ese tremendo piloto y ser humano; Octavio Carlo Jr., el "Gato Volador". Quien nos deleita con sus acrobacias en el PITTS rojo.

Sin temor a dudas, me atrevo a afirmar que en mis mas de 20 años sumergido en el ambiente aéreo, nunca había conocido a un profesional de la aviación tan amable, tan llano y sincero. Una persona sin pretensiones, que solo cuenta con sus dos manos para seguir creciendo dentro y fuera de este ambiente.

Por momentos siento que he conocido mi versión piloto, alguien sin pelos en la lengua pero con un gran calor humano. Si hubiesen mas pilotos como él, los cielos y el mundo fuese un mejor lugar.

04/06/2012

Por fin, la bestia se ha ido


Sé que es difícil explicar, pero "para buenos entendedores... pocas líneas". Ayer domingo fue uno de mis mejores días en mucho tiempo. Me atrevo a decir que el mejor día del 2012. ¿Por qué? Es fácil de decir, pero difícil de entender: La salvaje de mi medio hermana se ha ido de la casa.

Casi todo el que lea esto no va a comprender mis letras, pues en la mente de todos, el "amor fraternal" como ley de vida, pero no es mi caso. Yo siempre había sido "hijo único" hasta que después de grande empezaron a aparecer hermanas. Nunca había compartido mucho tiempo con ellas hasta que murió mi papá. Nos mudamos 3 hermanos en la casa, pero poco dura esa unión. A una tuve que despacharla por su "vida alegre". Es decir, se escapaba de madrugada y volvía antes de salir el sol, y por mas reprimendas no quería tomar la vida con calma. Actualmente ella es de esas cristianas evangélicas intermitentes. Un día lo es, otro día no lo es.

La otra fue despachada urgentemente, pues había intentado suicidarse en esa misma habitación de la foto. Y todo porque un novio ya no la quería y habían terminado. Sí, dije suicidarse. Ella misma se había cortado las venas de la muñeca con una navaja de afeitar. Le dimos asistencia rápidamente para detener el sangrado, coagulando su herida con hielo y azúcar.  A ver, ¿quién quiere una loca así bajo el mismo techo? 

Esa misma media hermana, había salido embarazada de otro joven, pero por su conducta inestable y autodestructiva, los padres del guapo que la había embarazado antes, le quitaron el hijo. Ese ya es un hombrecito y nunca ha vivido con su madre (por suerte).


Esa medio hermana es una salvaje, una bestia, una inhumana, es una mala persona. A ver si después de leer, entienden porqué hablo así de ella.

Tiempo después, sin su primer hijo con ella, esta persona sale de nuevo embarazada de otro, nace mi hermosa sobrina Audry, mi debilidad. 24 meses después nace el varón. Actualmente ya tienen 9 y 7 respectivamente. Su papá trabaja instalando teléfonos y reparando líneas telefónicas Desde hacía un tiempo me sentía comprometido a ayudar a mis sobrinos, pues mi media hermana me decía que pasaban hambre. Así empieza mi relación con ellos. Dentro de mis posibilidades siempre le llevaba una comprita a su casa, o le daba dinero para pagar la escuela de sus hijos, o para la merienda, le compraba sus útiles, en fin, siempre había algo que no tenían.


Por cosas que hoy no importan, ella decide dejar al marido (casualmente mi esposa de esos días también había decidido dejarme), por lo que me traje (de nuevo a la casa) a mi medio hermana, ahora con sus dos hijos. Esta casa es una herencia que le corresponde a ella, a otra media hermana y a mí. Entonces  ella se quedó en la misma habitación en la que había intentado suicidarse años antes. Le conseguí buen precio para poner a sus hijos en el colegio donde está mi hija Laura, le facilité dinero para útiles. Sabiendo que el padre de los menores no se manifestaba, cada viernes le daba a ella 2,000 pesos. Yo solo pedía comida al mediodía, mi cena o desayuno siempre lo he resuelto yo.

Con mi media hermana en la casa junto a sus hijos, las cosas no funcionaban 100 %, pues había que adaptarse de ambas partes, pero ellos parecían no tener costumbres. Eran desordenados, gritaban mucho y se dormían muy tarde, esos muchachos andaban floreteando como si nada pasada las 12 de la medianoche. Los primeros meses fueron de tanteo, ella me hacía la comida del mediodía, pero tiempo después empieza a descuidar la casa. Ya no la limpia a no ser que tenga una visita, se pasa toda la tarde durmiendo y siempre deja platos sucios para fregar al día siguiente.


Pasando el tiempo veo el miedo que le tienen sus hijos, veo que le obedecen más por temor que por respeto. Eso no era algo muy malo, por lo que no le di mente, pero después ella los castigaba muy seguido, les hablaba mal, los insultaba. Todo ella lo resolvía con golpes y amenazas, nunca la vi decirle una sola palabra de amor a sus hijos, ni una sola. Muchas ocasiones yo intercedía para que ella no les hablara tan mal, no los insultara ni los amenazara. De nada sirvió pues cada día ella era más salvaje con sus hijos. Los golpes eran más evidentes y sus hijos no decían nada, ella los tenía amenazados. La hembra tiene varias cicatrices en la cara por los golpes de esa salvaje. Cada vez que le preguntabas, ella decía: "me caí en el colegio, estaba jugando con mi hermano, o estaba jugando con mi primo".


Algunas de las amenazas que mi media hermana usaba con sus hijos 
(y que las tengo grabadas en audio) eran:

"Si hablas, te mato"

"Te voy a dar que vas a vomitar la sangre"
"Te voy a sacar los ojos"
"Te voy a arrancar el corazón"

Sí, así como suena, esa bestia amenazaba a sus propios hijos si le decían algo a su papá. Con esas y otras frases, esa salvaje mantenía su mundo de terror con sus hijos.  Hasta mi madre le dijo: "Oye, no te denuncio a Protección al Menor porque aunque yo te diga que lo hice, vas a creer que fue tu hermano". Las cosas cada día se salían de control, y lo peor de todo es que yo me ausentaba mucho de la casa. Yo veía cosas feas, no me imagino lo que ella les hacía cuando yo no estaba. Lo que me molesta es que yo había ido al colegio a hablar con la psicóloga infantil, la asistente de la directora y con el coordinador general y nada había pasado. Yo quería evitar una situación desagradable. Y no hicieron nada.


Lo que había llenado la copa fue esto: 


Un día ellos jugaban sobre un colchón, yo les reclamo y los llevo a su habitación. No bien termino de de hablar con ellos cuando la bestia de mi media hermana entra corriendo y se abalanza sobre la hembra, tira de ella por los cabellos con la misma fuerza que en la lucha libre... la tiene en el aire colgando de los cabellos! ¿Diablos, esta maldita mujer está loca?  Ella la mueve rápido y fuerte, mientras su hija se golpea con la cama, cuando veo que hace gestos para jalándola del pelo y golpearla contra la pared, me interpongo y terminó golpeándome yo con la pared. Me dolió el hombro pero la nena no sufrió. Cuando se la quito, esa bestia empieza a golpear al varón como lo hacen los gorilas. Parecía un animal fuera de control. También logro quitárselo y saco a ambos hasta la sala, ahí trato de calmarlos para que no lloren, pero... Esa salvaje salió con una correa en mano, lanzando golpes como un ciego a una piñata.  ¡Hasta a mí me dio correazos! 


Parecía una demente, por más que yo le decía, por más que le gritaba que no les pegara a los niños ella decía que: "Eran sus malditos hijos y si quería los mataba".  Sabiendo que no debo parar violencia usando la violencia, yo no le lanzo ni un solo golpe (y tantas ganas que tenía). Haciendo bastante (créanme, bastante) fuerza, logro ponerla contra una pared, mientras sus hijos lloraban tanto de miedo como de confusión. Ahí ella se desboca hablando mal de todos, vivos y muertos. Minutos después, al verse sometida (precariamente) ella baja la guardia y se encierra en su habitación. Mientras me quedo son sus hijos en mi cuarto hasta que dejaran de llorar. Por sus acciones y sus palabras, inmediatamente retiro toda la ayuda que le daba, ya sea económica o moral.

Con razón esos niños se habían apegado tanto a mí, y siempre estaban metidos a toda hora en mi habitación, en el suelo, en la cama, donde sea, pero cerca de mí. Prácticamente me perseguían. Mientras yo creía que querían están conmigo, en realidad ellos huían de su madre. Todas las tardes, ellos se iban a dormir en mi camita. De noche, la hembra se dormía en mi cama mientras yo estaba frente a la laptop, esa paz le duraba hasta que la madre la iba a buscar. A ver, ¿qué niño quisiera estar junto a alguien que lo golpee, lo maltrate y lo amenace?




A todo esto no hablo de una suma de dinero indeterminada que "se me había perdido" en mi habitación. Yo me hacía el loco, pero ella nunca supo (hasta hace unos días) que yo la veía entrar a mi habitación en la madrugada, pero me hacía el dormido. Ella creía que yo no lo sabía, pero sí... mi medio hermana me robaba dinero. Aunque la cifra total puede acercarse a los 50,000 pesos, solo mencionaré los $ 16,000 que "se me perdieron" en diciembre y los 12,000 que "se me perdieron" en marzo.


¡Qué pena que ella no valore las veces que la había ayudado! Que olvide las compras que yo le hacía mientras aún estaba con su marido. Las veces que le pagaba la escuela a sus hijos, sus útiles y meriendas. Que olvide el inversor de 1.5 kw que le regalé y que ahora tienen los padres de su marido. No voy a seguir, pues el tema no es lo que he hecho por ella, es lo que ella ha hecho.


Aunque nunca le dije nada del dinero "perdido", al darme cuenta que ella se metía a mi habitación decidí dormir con la puerta asegurada. ¿Adivinen? Días después, me despertó el ruido de ella al intentar abrir la puerta, cuando veo la hora, las 5:00 a. m.  ¿Qué buscaba ella a esa hora?  Lo bonito no es eso, sino que días después ella solita me dice: "Mira, me voy de la casa, voy a volver con el papá de mis hijos". ¡Qué casualidad!

Sé que por medio de la lectura ninguno de ustedes se puede transportar  a esa situación,  no se imaginan lo que es vivir una pesadilla así con alguien que "es tu familia". Pero créanme, nunca en mi vida vi una mujer que trate así a sus hijos. Ella no merece que la llamen madre. Por ese desequilibrio le habían quitado su primer hijo, por este comportamiento de seguro va a perder más que a su familia. Pueden apostar que ya me perdió a mí. Espero solo verla cuando se venda la casa y yo deba entregarle su parte.


Al final, no la fui a denunciar a la fiscalía o Protección al Menor porque había conversado con lujo de detalles con el padre de sus hijos. Lo puse a escuchar una de las grabaciones donde ella se escucha golpeando y amenazando de muerte a sus hijos. Increíblemente él sabía de todo (menos del dinero perdido), sabía del abuso, de las amenazas, de los golpes. Y cuando le pregunté que para qué volvía con ella me dijo, para tener a sus hijos cerca.... Ojalá eso sea suficiente.


Después de ver como la salvaje de mi medio hermana maltrata a sus hijos, los amenaza y los golpea, ella no se merece ningún respeto de mi parte.  Se que todavía algunos le darán el beneficio de la duda y harán preguntas de: ¿por qué no hiciste esto, por qué no hiciste lo otro?  Pero nadie, nadie ha visto el maltrato, el abuso y los actos inhumanos de esa mala persona con sus hermosos hijos. Nadie los oía gritar, nadie los veía llorar. Antes de emitir algún juicio o comentario, cierra los ojos e imagínese a esta bestia golpeando salvajemente a algún hijo tuyo... ¿Aún crees que es una madre? 
 Si hay algo que me duele... son ellos; mis sobrinos

Y si alguien aún no capta mi idea, yo no estoy "sacando trapos al sol" ni estoy "lavando ropa sucia fuera de casa". Este tema, al igual que mi medio hermana, murió para mí. Escribo las cosas de mi vida para compartirlas y para no olvidarlas.

Su camiseta le cae como anillo al dedo.



27/04/2012

La honradez de doña Miriam


Hoy fui a visitar a mi amigo Andrés Santos (el Buzo), quien sufre quebrantos de salud. Estaba recluído en la clínica Integral I, en el Ensanche Ozama, Santo Domingo Este. 

Allá conversaba un poco con él y su esposa, la enfermera entra y sale, entra y sale, trae pastillas y le cambia el suero. Momentos antes de marcharme, pues debía trabajar en el turno de la tarde, entra una sra de limpieza, decentemente saluda y empieza a limpiar toda la habitación. Escoba y recogedor en mano barre aquí y barre allá. Al pasar por el baño (el cual tiene la luz apagada), la sra enciende la luz y sigue barriendo. Casi instantáneamente ella le habla a la esposa de mi amigo Andrés y dice: sra, esto debe ser suyo. Un billete de $1,000. Puede parecer poca cosa, pero quien se roba mil, se roba un millón... y quien devuelve mil, devuelve un millón.

Todos nos miramos por un momento, como pensando: "¿Dinero?"... "¿En el suelo?"...  "¿Y lo devuelve?". Sabiendo que no son míos, me adelanto y le doy las gracias. Ya  que si si ella hubiese querido, entra al baño y tomaba el dinero, ninguno en la habitación se hubiera dado cuenta. La esposa del Buzo los toma y comprobando que eso mismo faltaba en sus bolsillo, agradece el gesto de honradez. Luego le pregunto su nombre y empiezo discretamente a tomarle una foto para blogear esto. Ella me ve y se echa a reír: pero mírenlo, ¿y es una foto?.. Le digo que si, y ella acepta que le tome una fotografía.

Es increíble que alguien con un empleo que apenas sustenta para sobrevivir es mas honrada que el 99% de los políticos y funcionarios de cualquier partido de mi país.  Cosas como esta, gestos como este me hacen sentir orgulloso porque aún quedan personas honestas. Así es que se hace patria, así salvamos nuestra sociedad, así dejamos un futuro a nuestra juventud.  Esta honradez de Doña Miriam deben ser un ejemplo para todos nosotros, pues quedan pocas personas como ella.

Muchos ejemplos de honradez como este ocurren a diario, pero nadie los valora y pocos lo agradecen.  Espero que Doña Miriam siga siendo ejemplo para nosotros, pues ya lo fue para mi, ojalá lo sea para quien lea esto. Cuanto me gustaría que esta publicación se dispersara por muchos medios y llegara a los administradores de esa clínica y se den cuenta de la joya de empleada que tienen.

14/03/2012

Mi amiga Dominique Lanoise ha muerto

Mayo 18 1970 - Marzo 10 2012

Ayer fue un día muy triste, recibí un mensaje por Facebook de Jeanna, confirmándome que su madre, la señora Dominique Lanoise, debido a complicaciones post-operatorias había muerto el sábado 10 en el University Of Miami Hospital. Eso me ha dolido profundamente, sepultando mis esperanzas de algún día viajar a Estados Unidos y conocerla en persona.

¡Cuánto me lamento haber permitido que el estúpido de su hermano destruyera nuestra amistad! Por culpa de su hermano. Una amistad a distancia, pero tal vez mas sincera que muchas de las que me rodean. A Dominique nunca le vi en persona, pero eso no impidió que entre nosotros naciera ese afecto, ese contacto. Ambos con un inglés limitado y mezclado con creole nos llamábamos cada semana, siempre dándonos ánimo, apoyo y esperanzas.

Dominique siempre me decía que le había salvado la vida ¿pero cuál? Si la acaba de perder. Lo único que hice fue opinar la mejor idea de cómo podían sacarla del país a quienes tenían las facilidades para hacerlo. Mi consuelo es que murió estando cerca de los suyos.

Dominique siempre me enviaba besos por teléfono, era tan espontánea que la sentía más cerca que a mi propia familia. Aunque estuvimos "guapos" hace unos meses, me hace falta escucharlos...

Dominique siempre me decía que era su Blood Brother, que era mucho más que su amigo. Que era de su sangre... Ahora que me duele su muerte, entiendo a lo que ella se refería.

Las hijas de Dominique, Sheila y Tesilia no quieren hablarme por el malentendido ocasionado por su tío, pero me hago a mi mismo la promesa de que en caso de algún día viajar a Miami, lo primero que haré será encontrarlas y visitar la tumba de mi amiga Dominique. Ella siempre estuvo lejos de mí, ahora lo está más, pero yo seguiré siendo su "blood brother".

26/09/2011

Dominique ya no me quiere, por culpa de su hermano


El 9 de Septiembre, vino Sheila a RD la hija de Dominique para hacer unos encargos. Entre ellos, unos agradecimientos personales a Dios en la Basílica de Higuey, y al personal del Canal 11 en SD. ¡Me trajo una linda placa dándome gracias! Yo le ofrecí mi casa, mi vehículo y mi tiempo, pero un hermano de Dominique, que vive en Haití me la puso difícil. El quería hacer las cosas a su modo y cuando él quisiera, aun en contra de lo que ya se había acordado por teléfono allá en Miami. Incluso decidir por encima de mí, hasta se auto-invitó con otro hombre a dormir en mi casa. Así de sencillo, solo porque él lo decidió.

Lamentablemente, no me sentí cómodo con la situación y di marcha atrás al ofrecimiento de mi tiempo a la hija de mi amiga Dominque. Me sentí tan mal, sentí rabia por la actitud del hermano de Dominique, y sentí una gran vergüenza con Sheila, la hija de ella, y con la misma Dominique. Si semanas antes hay un acuerdo entre ellas dos y yo, ¿por que viene el carajo este del hermano a complicar las cosas?

Todo empieza así:

Al buscar a Sheila al aeropuerto, allá encontramos al tío con un amigo, también haitiano. Aunque el tío no habla español ni inglés, el amigo me aclara que ellos dormirán en La Caleta, pero que el tío quiere saber dónde es que va a dormir su sobrina (algo obvio). Gustosamente, los traigo a casa para que vean el lugar. Hasta les brindo unas 6 cervezas, hablamos un rato (todos menos el tío), y cuando ultimamos detalles de agenda, se revolotea el tío y empieza a cambiar planes. 

Se cogió con que fuéramos a Higuey esa misma tarde, ya siendo las 5. También quería que al día siguiente lo llevaran a la embajada de Haití a él. Además de que cuando se puso oscuro dijo que (atento a él) iba a dormir en mi casa. Al preguntarle (usando al otro haitiano de traductor) el motivo, dijo que no confiaba en nadie en Santo Domingo, en ningún dominicano y que no dejaría a su sobrina con un desconocido. Eso me prendió la sangre, por lo que hay otras cosas que no voy a escribir. Le pedí a Sheila que le tradujera que sus palabras me ofendían, ella lo hizo pero el siguió igual. Al ver que las cosas estaban tensas y viendo todas las llamadas a Miami para llegar a un acuerdo, le dije que la puerta estaba ahí, y que podía irse, lógicamente Sheila siguió a su tío y los tres se fueron de mi casa.

Siento una herida en mi corazón pues tengo un sentimiento de culpa por no haber ayudado a mi amiga y su hija tal y como habíamos acordado. Siento que la he defraudado, pues ya no me llama ni me escribe. Entiendo que ella se siente decepcionada, pero imagino que ella no entiende cómo me siento yo. Todo por culpa del bruto de su hermano, creyéndose en héroe y salvador.

En esta semana creo que la operan en Miami para reducir más su peso, le deseo con toda mi alma que salga bien de eso, que vuelva a la vida saludable y que ojalá un día sea mi amiga de nuevo, pues yo seguiré siendo su amigo.

19/06/2010

¡Por fin! Dominique regresó a Miami


¡Qué bien me siento! He motivado, cooperado, empujado, promovido (o lo que sea) la maravillosa idea de reunir con su familia a Dominique, la haitiana nacionalizada estadounidense que estaba varada en nuestro país desde hacia meses. Pues por su sobrepeso no la dejaban subir a las aeronaves de líneas aéreas.

Sin buscar ningún tipo de cámara, payola o figuero (como muchos pensaron), hice el grupo en facebook: Un Vuelo Para Dominique. Ya que me inspiró las cosas que se lograron con Henry Alcántara. Al ver un reportaje en el canal 11, donde salía un piloto conocido diciendo que se podría gestionar un vuelo privado para ella, pero que rondaría por los 11 mil dólares... algo me sacudió la cabeza y empecé a sacar cálculos. ¡Era demasiado dinero!

Si ella no cabe por una compuerta de aviones comerciales, hay que pensar en otra opción. Si ella no puede ajustarse el cinturón de seguridad, hay que buscar otra opción. Si ella no puede subir escaleras, también hay que pensar en otra solución. Recordé que los aviones Casa 212 de la FAD tienen una compuerta trasera, tiene una rampa, por lo que no se necesita subir escalones, y que pueden llevar personas o carga según se necesite. Busqué sus características por Internet. Luego llamé a un amigo despachador de vuelos, preguntándole los requerimientos mínimos de una aeronave para movilizar y transportar una persona de la envergadura y peso de Dominique.

Ya estaba seguro que el avión correcto era el Casa 212 de la Fuerza Aérea. Envié varios correos a mis conocidos aeronáuticos, incluso a los jefes de los jefes explicando la situación de Dominique y mi propuesta para regresarla a Miami. Solo proponiendo que el medio de transporte fuera ese avión y que se buscara cubrir el combustible del mismo. Para mi suerte, ese mismo día me respondió un alto funcionario aeronáutico y me dijo que estaban sopesando varias posibilidades, y que mi propuesta parecía la más atinada. ¡Yo feliz!

Lo único malo de esto para mí, fue que la persona que enviaron a evaluar clínicamente a Dominique, me contactó por teléfono pidiéndome datos de ella y luego "me sacó los pies". Le di toda la información que tenía, y a la vez le pedí mas de una vez que me dejara acompañar al equipo médico a La Caleta para conocer a Dominique mientras la evaluaran. Me dijo: yo te aviso... Dominique ya esta en Miami y aún estoy esperando que me avise...

Sinceramente, yo quería conocerla. No por brillar, no por cámara, no por figureo, pero parece que eso pensaban de mi algunas personas. Cada vez que llamaba para saber como avanzaban las cosas, la misma persona me respondía: "te aviso", "te mantendré al tanto".... Tanto lo hizo que supe por Twitter que Dominique seria trasladada el jueves 10.

Me negaron toda información del proceso, pero mientras querían ser exclusivos en todo, lo que me importaba y aún me importa es que todo se daba positivamente para Dominique. Y mientras la persona aquella no me decía nada, mis compañeros controladores me llamaban y me ponían al tanto de todo con relación al vuelo de la aeronave de la FAD. Me dieron la identificación de la aeronave, a que hora salio de San Isidro, a que hora aterrizo en Puerto Plata, a que hora despegó de Puerto Plata, su estimado a Miami, y lo mejor, la hora a la que aterrizó en Miami.

Yo estaba que me reía solo, casi brincaba de lo contento. Eso era suficiente para mi, estaba (y estoy) feliz por Dominique, estoy conforme con lo poco que hice, algo que para muchos es joder, molestar, fastidiar. No se hasta que punto tuvo efecto el grupo de facebook, mis correos y mis llamadas, pero de lo que sí estoy seguro es que de alguien necesitarlo, haría lo mismo o más. Un día podría ser yo quien necesite ayuda.

Otra vez digo y escribo: ¡Si uno puede ser diferente, muchos haríamos la diferencia!

12/02/2006

¡Lulú! ¿Y tú?

 

Keilys Feliz: fallecida trágicamente el 12 febrero del 2006.

Yo estaba libre y recibí la llamada más angustiada de mi vida. Alexander llamaba desde la torre de Punta Cana con llantos que confundían sus palabras, a penas entendí: ¡Roy, se mató Lulú! ¡Se mató Lulú!

Era media mañana, yo recién me levantaba de mi cama, con la boca empalagosa y con los ojos llenos de ustedes saben qué. Lo escucho, pero mi cerebro no lo asimila, solo atino a repetirle: ¿cómo fue? ¿cómo fue? Luego de respirar una o dos veces, se calma un poco y me repite lloroso lo que yo no quería oír: ¡Roy, se mató Lulú! ¡Se mató!

Me turbé, ¿de qué servía llamarme a mí? Realmente no sé por que lo hizo, yo estaba libre. Ya que hay un protocolo, un orden de prioridades previamente establecido ante rumores, suposiciones, confirmaciones de tales tragedias. Así que luego de colgarle, llamé inmediatamente a la torre del aeropuerto de Arroyo Barril y el controlador de turno me confirmó lo que nunca quise oír. El HI410CT, un Cessna 172 había caído al suelo a los pocos segundos de despegar. Llevaba a bordo al piloto al mando, a otro piloto que iba de "bola" y a nuestra Lulú.

Aunque no hay grabaciones de los últimos momentos de esa aeronave, tuve fuertes vínculos con los involucrados presenciales. Por lo que tengo conocimiento de cosas que no salieron en los periódicos, contadas por los presentes.

El piloto era novio de Lulú y vivía en el Cibao. Era un principiante, un novato, no era muy experimentado, como diríamos en mi trabajo, era un "maldito nuevo". Lulú trabajaba conmigo en la Torre de Punta Cana y había salido libre ese día, como muchos de nosotros aprovechaba la "bola" en avioneta para llegar a su casa. Solo que esta vez debían hacer una breve parada en Arroyo Barril, allí estaba el otro piloto que también salía libre. Ya los tres dentro de la aeronave, listos para despegar y dentro de la pista, otra aeronave, PA31 se acerca desde el aire para aterrizar, en esta va un buen amigo de todos nosotros, momentáneamente se saludan y el novato dice: Aquí llevo a Lulú. Lo que el otro respondió: Hey, me la cuidas. Ya cuando cada uno se "tiene a la vista" solo resta esperar el permiso del controlador.

El piloto más experimentado nota desde el aire que mientras el C172 despega, hace una maniobra clásica antes de realizar una pirueta. Y le pregunta: ¿Hey mano, qué vas a hacer? El novato responde: "Mira, para que veas que yo también puedo"... Después de despegar y mantener un vuelo rasante por unos segundos, el piloto le decía: ¡vas lento, vas lento! Pero el otro (novato al fin), posiblemente incitado ante el gusto por la adrenalina de Lulú, continuó. Lo que seguía era que este halara bien fuerte el timón de la aeronave para ascender de forma casi vertical.

Lamentablemente, la falta de pericia y experiencia de un novato, deseoso de hacer algo arriesgado para llamar la atención de su novia hace que olvide detallitos como: Sumar el peso de los pasajeros, el peso de los equipajes de estos, y el combustible que este habría echado antes del viaje. Este simple cálculo le habría salvado la vida a ese idiota y a dos personas más.

La avioneta mientras apuntaba hacia arriba, empezó a caer hacia la derecha, del lado del asiento de Lulú. Mientras eso pasa, el otro piloto ya por aterrizar en la misma pista usada, por lo que vio con sus propios ojos la tragedia. La avioneta cae en unos matorrales a escasos 300 metros fuera de la pista, algunos equipajes salen disparados por el impacto. Inmediatamente empieza el fuego.

Se activa la alarma, salen los bomberos pero, el avión accidentado está fuera del aeropuerto. Deben salir de este hacia la carretera, luego internarse en los matorrales. Ahí se perdió un tiempo precioso... Cuando el piloto del PA31 aterriza apenas apagado los motores del avión, baja a los pasajeros y sale a toda carrera hacia el lugar del accidente. Este llega a pie, prácticamente al mismo tiempo que los bomberos. Solo puede ver la avioneta consumiéndose en llamas... no hay nada que hacer.

Después de apagar el incendio, se acercan a sacar los cuerpos de los 3 fallecidos, pero nuestro amigo se abalanza y diciendo: ¡Yo la saco! ¡Yo la saco! La tomó en sus brazos, aguantando la respiración por el olor a carne quemada del cuerpo sin vida de nuestra Lulú.

Ella aún tenía su mano derecha agarrando a la ventanilla, y su mano izquierda aferrada a su monedero y a su carnet del aeropuerto, cosas parcialmente quemadas, las que oprimía contra su pecho.

Lo primero que atina nuestro amigo fue llamar a otro piloto, más amigo de nosotros que este mismo, pues fue el más querido novio de Lulú. Se suma el reperpero, el corredero, la morgue, la policía, los forenses, todo el vivo por la zona solo hablaba de eso.

No sé quién le avisó a los padres de Lulú, pues yo no me atreví, solo sé que en nuestro ambiente laboral nunca habíamos vivido semejante pesadilla. Siempre hay una primera vez y parece que las primeras veces siempre duele. Ya con los restos de Lulú en Santo Domingo, supe que un compañero controlador fue a identificar el cuerpo de Lulú, pues nadie quería darle ese golpe a sus padres.

El exnovio de Lulú, también piloto, fue quien recibió los efectos personales de ella. Pero no tuvo el valor de entregárselos a la familia, así que los llevó para mi casa. Los guardé en mi habitación, podrán imaginar el tremendo olor a gasolina y humo. Medio carnet quemado, medio monedero quemado, su celular, otras cosas que no recuerdo y su maleta. Durante unos días vi a mi amigo llorar como todo un niño, se tiraba en mi cama a llenarla de lágrimas, baba y moco. Mi amiga Lulú, la que fue su novia, había muerto.

Durante los rezos diarios en casa de Lulú, intentamos ir a entregar sus pertenencias a los padres, pero a mi amigo siempre se le "abría el pecho" y nos devolvíamos de la entrada. Hasta una tarde que llegamos lo vi con intención de devolverse, le apagué el carro y le quité las llaves. Prácticamente lo desmonté de su carro y después de decirle dos o tres insultos... por fin entregamos las cosas a la familia.

Hay cosas en la vida no tienen explicación, ¿cómo los creyentes dicen: "debemos dar gracias a dios por todo, dios obra de forma misteriosa, todo obra para bien, y otras cosas más" mientras que alguna tragedia destruye sus vidas? Me disculpan, pero ya no creo en nada de eso. Si un ser superior amara tanto (como dicen), el sufrimiento tampoco sería tanto. Cuando terminaron los rezos (actos que no me convencen, pero respeto), hice lo evidente, seguir con la vida que conozco, controlar aviones. Me enteré de que meses antes, Lulú había sacado un seguro de vida, si, eso mismo, un seguro de vida. ¡Vaya casualidad!

Mi amiga había terminado la universidad, había comprado un carro, había sacado un seguro de vida. Su familia iba a ser remunerada, ¿pero a qué precio? A aquella alta suma (de unos 6 ceros), debemos agregarle lo que correspondía por el seguro de la compañía de la aeronave, como daños a terceros. En resumen, el hermano menor heredó el carrito, y los padres los milloncitos. Conociéndolos, ellos preferirían vivir pobres, pero con su hija junto a ellos.

Antes de mi amigo y yo irnos de allá, también recibimos la primicia de que el fallecido tenía planeado venir a casa de los padre de Lulú a formalizar los amores, pero la noticia que nos sacudió era que el tal "novio" estaba comprometido en el Cibao con todo y fecha de boda. Imagino que quería darse la gran vida, una allá y una aquí, pero se le dio a menos. 

Ya con demasiada información para tan poco tiempo, decidimos dejar a la familia con sus más íntimos allegados y volver cada uno a su casa. En el camino volvimos a la misma cantaleta, los lagrimones de mi amigo. Y con razón, pues de verdad la quería, de verdad la quiso, solo que se dio cuenta que en ese entonces no "podía hacer" nada por ella.

Cuando mi amigo y Lulú eran novios (lo que era un secreto público) era costumbre escucharlo saludarla cuando él estaba a bordo de un avión y ella estaba en la torre de control. En la frecuencia se le escuchaba con picardía diciendo: "¡Lulú! ¿Y tú?", ya pueden imaginar la sonrisa que ponía esa muchacha! Después que Lulú murió, nunca más escuché ese saludo. Se fue con ella.

Dándole el final a este escrito imagino que Lulú esta mirándome frente a mi laptop, en silencio, con su cara de "¡cuidado con lo que estás escribiendo de mí!"...

Una gran sonrisa brotaba de mi amiga cada vez que escuchaba ese saludo secreto, tan corto y sencillo, pero intenso y lleno de vida, como era ella.


¡Lulú! ¿Y tú?