La música

Amo la música,
ella siempre me complace.
Me entiende
cuando nadie más lo hace.

Mis penas ahogo
en alcohol y canciones.
Así controlo
mis emociones.

Amo la música,
ella siempre me perdona.
Se queda
cuando alguien me abandona.

Acepto mis errores,
no soy perfecto.
La música vive en mí,
soy su instrumento.

Amo la música,
ella es mi vida.
Me consuela
cuando alguien me olvida.

La música llena mi vida,
me mantiene vivo. 
Una sin la otra
no tienen sentido.

Con el Gato Volador

Aquí tengo el gran placer de compartir un momento con ese tremendo piloto y ser humano; Octavio Carlo Jr., el "Gato Volador". Quien nos deleita con sus acrobacias en el PITTS rojo.

Sin temor a dudas, me atrevo a afirmar que en mis mas de 20 años sumergido en el ambiente aéreo, nunca había conocido a un profesional de la aviación tan amable, tan llano y sincero. Una persona sin pretensiones, que solo cuenta con sus dos manos para seguir creciendo dentro y fuera de este ambiente.

Por momentos siento que he conocido mi versión piloto, alguien sin pelos en la lengua pero con un gran calor humano. Si hubiesen mas pilotos como él, los cielos y el mundo fuese un mejor lugar.

Ahora...

Ahora que oigo a Sabina, 

sin esa mujer en mi cama.

La pasión se termina.

Ahora que tomo vino en copa
 y mi libido se enciende.

¿A quién le arranco la ropa?

Ahora que me sobran los besos
 y manejo bien mi lujuria.

¿A quién le dedico mis versos?

Ahora que conozco la ruta, 
pero sin su cuerpo que recorrer.

¿Con quién practico el Kamasutra?

Ahora que en el sexo soy un maestro, 
pero sin mi alumna perfecta.
¿A quién le eyaculo adentro?

Falsa musa

Falsa musa,
creadora de la nada.

Creí que te tenía
y tú apenas conmigo estabas.

Falsa musa,
venenosa flor.

Solo me dabas compañía,
y yo te brindaba amor.

Falsa musa,
bella impostora.

Fui tu pasatiempo
y huyes de mí ahora.

Falsa musa,
angelical traicionera. 

Te creí especial,
te daba mi vida entera.

 Falsa musa...

¡A quien te quiere, no se usa!

¿Y si me muero mañana?

Lo haremos en cada oportunidad, 
en la luz o en la oscuridad.
Te tomaré cada día de la semana. 

Pues, ¿y si me muero mañana?

Practicaré hasta llegar a la excelencia,

con paciencia haré explotar tu experiencia.

Beberás del placer que mi cuerpo emana.

Pues, ¿y si me muero mañana?

Inventaremos nuevas posiciones
y todo lo que nos emocione.
 Contigo no se pierde, solo se gana. 

Pues, ¿y si me muero mañana?