He vueto.
Pasaron muchas cosas negativas a nivel laboral, social y familiar. Por unos años me vi acorralado por la ansiedad, algo que evidentemente afectaba mi salud. Pero poco a poco fui soltando mientras me sujetaba a mis mujeres.
El
estrés es una de las cosas más perjudiciales. La desinformación y el mal manejo
que le di a las situaciones que no estaban en mis manos me saturaron, me llevaron a ser víctima
del síndrome Burn Out. En muchísimas ocasiones me electrocutaba el estrés,
estrés laboral. Solo siento un corrientazo virtual en mi mente y explotaba con
quien tuviera cerca. No veía a quién, solo sacaba lo peor de mí como si un
demonio quisiera salir de mi infierno.
No soy
mala persona, pero mi mal manejo de estrés me alejo de mi familia y de mis
amigos. Solo soy un mal "expresador" (esta me la acabo de inventar)
de mis sentimientos, soy un mal "escuchador" (otra nuevecita) de
consejos, opiniones y criticas de quienes se preocupaban por mí... Nadie le da
mente, pero el estrés lleva a los infartos y a los derrames cerebrales.
Ahora he
vuelto por mí y para mí. Gracias a la única persona
(después de mi madre) que desde que está a mi lado ha demostrado que cree en
mí, que cree en mis pasiones, en mis locuras. La única persona que me ha
soportado tal como soy, como ni yo mismo me soportaría: mi esposa
Jenniffer. Ella calma los demonios que
aún están dentro de mí, y adivinen con qué... con su risita de payasita de
circo, me calma y hasta me saca una sonrisa. Esa risa y su cautivadora mirada
son el antídoto para el veneno que tengo dentro. Son el sedante que
tranquilizan los latidos de mi corazón. Se que ella ha cogido más piques
viviendo conmigo, que durante toda su vida, pero ella me soporta. ¿Cómo lo
hace? Ni idea.
Ella
sabe que debajo de este sapo, hay un príncipe teñido de azul dispuesto a matar
por ella. Ella sabe que dentro de este gusano, hay escondida una abeja de buena
miel (mariposa suena muy gay).
Si mi esposa
Jenniffer no me da todo su apoyo, yo no estaría ahora escribiendo
esto. Completo este breve escrito mencionando las deudas que creo nunca podré pagar:
