Parece

Parece que no notas
lo que en mí provocas.
Pones mi cerebro lento
y me dejas sin aliento.

Parece que no entiendes
que solo tú me enciendes.
Aceleras mi corazón
y me quitas la razón.

Parece que no recuerdas
que me gusta que me muerdas.
Que mi piel erecta lamas
y gimas diciendo que me amas.

Parece que no sabes
mi corazón en mi pecho no cabe.
Eres el amor de mi vida.
¿En qué idioma quieres que lo diga?

Parece que no te interesa
que sin tí, me falta una pieza.
Que sin tí, mi alma fallece.
Por lo menos, eso parece.

Mi gran deseo

Hace tanto que no te veo,

que no cumpliré mi gran deseo.
Ese deseo que nunca supiste,
el hijo que no me diste.

Sería nuestro preciado tesoro.
De imaginarlo, ya me enamoro.
Le llamaríamos Gustavo Enrique,
no es necesario que te lo explique.

Soñaba que fuese una hembrita.
Nuestros genes, ¡pura dinamita!
Mientras decidíamos el nombre,
podías parir un hombre.

Como yo, mucha gente soñó despierta,
y una familia nuestra pudo ser perfecta.
Perfecta, aunque suene a una locura.
Tú, yo, y Gustavo Enrique Minaya Ventura.

No te acostumbres

Hay cosas que quiero contigo,

y que mi oscuridad alumbres.

Me ves calmado, me ves tranquilo.

Pero, no te acostumbres.

No soy una masa de pan,

tengo fuego, tengo lumbre.

No soy un santo ni un charlatán.

Mejor no te acostumbres.

Te haría lo que no te han hecho,

aunque fantaseo en mansedumbre.

Te dejaría jadeante en el lecho.
Así que, no te acostumbres.

Me ves callado, discreto,

nada que te deslumbre.

Y si te descuidas... te conecto.
Mejor no te acostumbres.

Mi mejor talento

Mi mejor talento

es amarte lento.
Lamerte despacio

y llevarte al espacio.

 Contarte lo que pienso

y mostrarme indefenso.

Estar en las buenas y malas,

no solo cuando tengo ganas.

Explorar tu universo,

porque no todo es sexo.

De tus lágrimas ser el paño,

y nunca, nunca hacerte daño.

Tocarte como el viento

y confesar lo que siento.

Amarte cuando te caliento

es mi mejor talento.