Las "bendecidas"

Son especiales estas peculiares damas,

las "bendecidas" se hacen llamar ellas.

Las deseas, las odias o las amas.

Algunas están buenas, unas raras y otras bellas.

Debemos darle una corona

a la que escriba con buena ortografía.

Para saber dónde tienen silicona,

hay que hacerles una radiografía.

Dicen ser "humirdes y estrobertidas",

las leo y vergüenza es lo que siento.

Quisiera saber ¿dónde estaban metidas

cuando dieron el 4 %?

Solo comen caro y beben fino,

y en sus casas olvidan los modales.

Beben Brugal con picapollo chino.

¿Verdad que las bendecidas son especiales?

Todas son hijas predilectas de Dios.

Son graciosos estos personajes,

pero no saben cuánto es 90 entre 2.

Y no salen a la calle sin maquillaje

Con gracia posan mordiendo un muslo de pollo,

y olvidan el "glamour" junto a un zafacón.

Mezclando frases de superación hacen un tollo.

Solo cuenta verse "regias", lo que importa es la impresión.

Juran leer a Coelho, Neruda y Vargas Llosa.

No se aplican ninguna frase de superación.

Estas bendecidas tienen neuronas muy ociosas.

Con tan mala ortografía, no sé si escriben en español.

La foto con la lengua afuera nunca falta,

ni con la hookah o con la boca de pato.

Con poca educación y autoestima muy alta,

tendremos bendecidas un buen rato.

Mi vida

Mi guitarra
no tiene cuerdas,

y mi boca
extraña que la muerdas.

Mi cama
ahora está inclinada,

en tu lado no hay nadie,
no hay nada.

Mis tragos de amor

ya no son a diario,

es muy triste
brindar en solitario.

Tus recuerdos

son tesoros que empuño,

imposible hablar de dos
si falta uno.

Mi casa no es hogar
si no estás conmigo.

No estar contigo
es mi mayor castigo.

Mi vida es un viaje
que ahora maldigo,

cargando mi equipaje,
pero no contigo.

Mi tiempo no corre,
tampoco vuela,

mi herida está cerrada
aunque por tí me duela.

Mi vida ya no es vida,
solo un montón de años.

Es imposible recordarte
sin que me haga daño.

Quiero una novia

Quiero una novia.
Que Bunbury sea su artista favorito.
Que conjugue estos versos
solo conmigo.

Una novia que le guste Cerati
y no quiera matar a Arjona. 
Que no parezca mala,
ni tampoco jamona.

Una novia con el micrófono, buena. 
Aunque sea mala cantante. 
Caliente, pero no obscena,
Que eche fuego por delante.

Una novia adicta a mi cuerpo,
como si cobrara por ese trabajo.
Que siempre quiera estar conmigo,
boca arriba o boca abajo.

Escribir sin musa

Escribir sin musa

es fallar sin excusa.

Es buscar lo perfecto

entre tantos defectos.

Es rezar con devoción

sin creer en la oración.

Es orar sin esperar

el milagro a realizar.

Escribir sin musa

es creer en una ilusa.

Confiar en una intrusa,

querer a quien de tí abusa.

Tengo mi mente difusa,

es difícil escribir sin musa.

Buscar lo puro en lo obsceno,

como un antídoto sin veneno.

La mujer que viaja

A la mujer que viaja

hay que amarla cuando no trabaja.

Porque nunca tiene tiempo,

viajar es su vida, no un pasatiempo.

Gusta más del viaje que del destino,

disfruta tanto del agua como de un buen vino.

Siempre trae un recuerdo o una fantasía,

hay que complacerla esa noche y al otro día.

Con tenis y una mochila en su espalda,

poco la verás con tacos y minifalda.

Su sensualidad no está escondida,

está en su cerebro, en su carácter  y en su vida.

Lo que nos parece una locura,
para ella es otra gran aventura.
A ella lo que le gusta es viajar,
sola o acompañada, lo sabe disfrutar.

La pasa bien en pareja, familia o amigos,
sea en traje de baño, pijama o abrigo.
Una cámara y un buen libro son su equipaje.
Cada aventura es una fiesta y ellos son parte del traje.

La mujer que viaja...

en todos los ambientes encaja.

Es un sensual camaleón,

sonríe y se adapta a la situación.