Falsa musa

Falsa musa,
creadora de la nada.

Creí que te tenía
y tú apenas conmigo estabas.

Falsa musa,
venenosa flor.

Solo me dabas compañía,
y yo te brindaba amor.

Falsa musa,
bella impostora.

Fui tu pasatiempo
y huyes de mí ahora.

Falsa musa,
angelical traicionera. 

Te creí especial,
te daba mi vida entera.

 Falsa musa...

¡A quien te quiere, no se usa!

¿Y si me muero mañana?

Lo haremos en cada oportunidad, 
en la luz o en la oscuridad.
Te tomaré cada día de la semana. 

Pues, ¿y si me muero mañana?

Practicaré hasta llegar a la excelencia,

con paciencia haré explotar tu experiencia.

Beberás del placer que mi cuerpo emana.

Pues, ¿y si me muero mañana?

Inventaremos nuevas posiciones
y todo lo que nos emocione.
 Contigo no se pierde, solo se gana. 

Pues, ¿y si me muero mañana?

Te lo haré

Te lo haré en la cama cada día de la semana. 
Te lo haré en el gavetero aunque lo rompa entero.

Te lo haré en la galería de noche y también de día.  

Te lo haré en la terraza yo te halo y tú me abrazas.

Te lo haré en la marquesina aunque nos vea la vecina.

Te lo haré en el carro, tú te subes y yo te agarro.
Te lo haré en el comedor, porque ahí sabe mejor.

Te lo haré en el baño cien veces al año. 

Te lo haré en el techo verás estrellas en el lecho. 
Te lo haré en el patio con potencia en kilovatios
Te lo haré en el callejón, en la esquina, en el rincón. 

Te lo haré donde quieras y lo haremos como fieras.

Mi culpa

Fue mi culpa pedir fuego en las noches,

si solo me daban reproches.
Y culpa ofrecer mi amor entero,

si solo me daban cariño en gotero.

Debí quererte paso a paso
sin subirte en ese pedestal.
Y no recoger cada pedazo
de aquel amor de cristal.

Fue mi culpa creer tu cuento de hadas,

si apenas funcionaba.

Y buscar tu amor cada día,

si solo me daban de compañía.

Al oír tu voz

Al oír tu voz pienso en muchas letras.

Siento que me abrazas, siento que me aprietas.

Al oír tu voz quiero a tí acercarme.

A veces dudo, pues podrías rechazarme.

Tu voz me acaricia con vocales y consonantes.
Cada sonido es una experiencia emocionante.

Al oír tu voz no creerías lo que siento.

Si no estuvieses lejos, verías que no miento.

Al oír tu voz decir mi nombre,
entiendo que debo ser tu hombre.

Tu deliciosa voz me calienta la oreja,

la mejor señal de que debemos ser pareja.