Nunca supe de un tesoro
que encontrara a su pirata.
Ya no me lamento solo,
no pienso en desiderata.
Envuelto en cosas banales
estaba perdido en el mar.
Luego entendí tus señales
y me dejé enamorar.
Mi corazón estaba cerrado
y aunque latía con temor,
me trajiste a tu lado
y me llenaste de amor.
Y sin saber yo decía
que este sería mi año.
Cuando supe que me querías,
dejé atrás lo que me hacía daño.
Solo tenías ojos para mí,
aunque te miraba, no te veía.
Y volví a sonreír porque en tí,
encontré todo lo que quería.
Muchachita, te valoro
más que al oro y la plata.
Porque eres el tesoro
que encontró a su pirata.